Testimonios

Cuando empecé las sesiones me di cuenta de que había convertido en tragedia algunos episodios de mi vida y que esa actitud me estaba haciendo mucho daño.

A medida que avanzaba en la terapia con Alba, observé que, verbalizando todo aquello que yo consideraba un drama en mayúsculas, era capaz de enfrentarme a mis miedos.

Anónimo

Con la terapia Gestalt descubrí que algunos de mis pensamientos eran demasiado rígidos y que tenía que flexibilizarlos de manera urgente. También me di cuenta de que tenía muchas ideas preconcebidas y de que juzgaba con facilidad a las personas que me rodeaban.

Alba me ayudó a eliminar prejuicios y a no cuestionar las decisiones de los demás, por muy descabelladas que me parecieran. Al flexibilizar los pensamientos advertí que tenía que replantearme mi escala de valores porque de lo contrario nunca sería feliz.

Anónimo

Me puse en contacto con un centro que había justo al lado de mi casa y empecé a trabajar con Alba. Con ella he pasado los mejores y los peores mementos de mi vida, en un camino que me ha llevado de la muerte a la vida. De la enfermedad y muerte de mi padre al nacimiento de mi primera hija.

En el transcurso de este camino me han pasado y he aprendido muchas cosas gracias a su manera de escuchar, acompañarme y enseñarme a conocer mucho mejor mi manera de ser y de sentir. Y ha sido Alba quien me ha ayudado a hacer todo esto escuchando siempre todo lo que tenía que decir sin prejuicios.

Hemos llorado juntas, hemos reído juntas e incluso he sufrido con ella ataques de ansiedad y ataques de risa. En definitiva, ha sido mi “salvavidas”
Le agradeceré eternamente por todo lo que ha significado para mí, todo el trabajo que hemos hecho juntas.

Marta D.

En las sesiones con Alba vi que el papel de víctima no conduce a nada y que tenía que responsabilizarme de mis errores. Aprendí entonces a no mirar para otro lado y a coger el timón de mis pensamientos, actitudes y decisiones.

Me di cuenta de que me preguntaba continuamente por qué, cosa que me perjudicaba profundamente, y comprendí entonces que no tenía que hacerlo porque a veces la respuesta simplemente no existe.

Anónimo

La Gestalt puso delante de mí un espejo en el que se reflejaron todas mis emociones y el poco control que ejercía sobre ellas. Alba me ayudó a gestionarlas y a canalizarlas mejor.

Se rio y se emocionó conmigo y eso me hizo sentir que era una persona normal y no un bicho raro como me sentía en ocasiones.

Anónimo

Fa ja uns anys vaig conèixer l’Alba a traves de la Fundació el Mundo de los ASI, i vaig començar un camí que hores d’ara encara camino. Recordo el primer que em va demanar abans de començar la teràpia Gestalt: un compromís ferm no només amb ella sinó amb mi mateixa, advertint-me que el camí seria dur. Puc dir que ha estat la decisió més difícil que he pres i alhora la més profitosa. Ha estat un camí ple de plors i pors, de somriures i tendresa, un anar i venir, avançar i retrocedir, i sempre m’he sentit acompanyada i conscient que per difícil que fos, ella estaria allà.

He tornat a viure moments i emocions que m’han fet molt de mal, però treure’ls de dins on es mantenien ben vius, contaminant el meu dia a dia, ha estat una alliberació. L’Alba m’ha ajudat a entendre que no soc només l’abús infantil, que la nena que sempre he culpat i odiat per haver callat, no és culpable i he après a donar-li aquella abraçada protectora que mai va rebre i estimar-la i conviure amb ella. L’Emma petita no tenia altres eines per gestionar aquella situació que la terroritzava i de la que erròniament es sentia avergonyida.

Hem treballat mil i un aspectes plegades: ser conscient del meu cos ( acariciar-me la pell, mirar-me davant d’un mirall), no odiar a tots els homes pel que un va fer; ser conscient de no mantenir relacions sexuals que em fan sentir utilitzada; que estimar és un tot on cal conversar i on puc expressar sense vergonya les meves pors i recances; que cridar i enfadar-me per tot i amb tothom és una defensa a una agressió imaginaria; que no he exigir-me a arribar a tot per ser estimada. I per sobre de tot aprendre a estimar-me, respectar-me i acceptar-me com a principi bàsic per aquest nou camí.

Emma A.